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El urbanista Benjamin Grant presenta DailyOverwiev, una plataforma colaborativa que muestra los efectos de la actividad urbanistica sobre la tierra

Fue un acto fruto de la casualidad la principal motivación del creador multimedia Benjamin Grant, un acto tan trivial como teclear un termino en una aplicación de geolocalización. En su caso la palabra earth (tierra) basto para poner en marcha el proyecto transmedia llamado DailyOverwiev.


Realizado a partir de una plataforma abierta y utilizando la variedad de canales existentes de participación mas la colaboración de la compañía de satélites Digital Globe y de SityLab Urban Studio. La idea del proyecto consiste en hacer una labor de documentación apoyandose en herramientas de inteligencia social. 


Los usuarios envían las fotografías de intervenciones urbanísticas, capturadas a través de la red de satélites que orbitan alrededor de la tierra. Y que forma periódica actualiza los millones de catálogos que almacenan en sus servidores, mostrando las constantes modificaciones a las que esta sometida la superficie de la corteza terrestre.
 

Debido a la actividad urbanística incesante que esta provocando que en muchas zonas haya cambiado su fisonomía de forma irreversible. Material con el que se ha editado un volumen titulado Overview Timelapse: How We Change the Earth, cuyo importe esta destinado a financiar proyectos de documentación medio-ambiental.


Mas allá del impacto ecológico que muestran las fotografías y los estragos que ha producido un urbanismo nada planificado en muchas regiones. La selección de tomas remitidas de forma anónima causan perplejidad y asombro en aquel que las contempla


Benjamin Grant es un urbanista, diseñador urbano, curador y profesor en el Área de la Bahía de San Francisco. Pasó más de una década en SPUR, la organización de investigación de políticas urbanas, donde se desempeñó como Director de Políticas de Diseño Urbano, liderando investigaciones sobre planificación física, espacio público y diseño urbano.

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Como suena el nacimiento de un universo



Muchos de los efectos de sonido que podemos oír en las películas de ciencia ficción, desde el punto acústico son irreproducibles en el espacio. Esto es debido a la composición material del espacio, que impide la reproducción de ondas audible al oído humano, siendo relegando  al terreno de la ficción.

Ayudado por los datos aportados por el satélite Planck, el físico John Cramer perteneciente a la Universidad de Washington, ha elaborado un mapa sonoro de como pudo sonar el mayor acontecimiento de la historia del universo. Acaecido hace casi 14 billones de años el Big Bang fue una gran reacción electro química a partir del que se creo toda la materia que hoy nos rodea.

Intrigado por como pudo sonar John estudio los parámetros obtenidos por los sensores del satélite, cuya función consiste en analizar las longitudes de onda emitidas en forma de microondas por el fondo cósmico. Un débil resplandor en el universo que actúa como una especie de huella digital fósil del Big Bang.

La misión del satélite Planck asigna las diferencias de temperatura radiadas por las luz en la superficie más antigua conocida. El cielo de fondo dejó miles de millones de años atrás, cuando nuestro universo se hizo transparente a la luz. Esas diferencias ayudaron a recrear el sonido del Big Bang, el efecto es similar a lo que los sismólogos describen como un terremoto de magnitud 9.


El proyecto que comenzo hace diez años a partir de una columna que escribió John en un publicación científica, planteaba la hipótesis de como podría haber sonado la concepción misma del universo. Tratando de imaginar la magnitud del fenómeno John describía el sonido probable del Big Bang sobre la base de observaciones de la radiación en forma de microondas emitidas por el fondo cósmico.

Los archivos presentados en formato de audio, tienen una duración media de 20 segundos. Los datos sobre los cambios de longitud de onda se introducen en un programa informático llamado Mathematica, lo que les convierte en sonido. En las grabaciones se reproduce el fondo sonoro producido después del Big Bang, que oscila entre los 380.000 y 760.000 años después del la gran explosión.

Grabación 1
Grabación 2
Grabación 3